La historia de este rincón es que cuando nos enseñaron los
planos del diseño de la cocina pensamos que ahí iría el frigorífico. Soñábamos
con un señor frigorífico, un frigorífico grande en el que no hiciese falta
tener conocimientos avanzados de tetris para meter la compra de la semana.
Tenemos ya una amplia experiencia con frigos pequeños (la más enriquecedora fue
compartiendo piso en Inglaterra donde solo teníamos dos lejas para nosotros) y
pensábamos que todo cambiaría… pero no.
La idea de nuestro casero era un poquito diferente así que
lo que tenemos ahora es un mini-frigo integrado en uno de los armarios de la
cocina. Aufwiedersehen Señor Frigo!
Por un lado contábamos con un rincón vacío y, por otro, con
falta de espacio de almacenaje así que compramos una camarera que nos sirve de
despensa y que, además, ha resultado ser muy cómoda para tener/cortar nuestro
jamón (aprovecho para darle las gracias a mi tío Antonio y a Ángeles por el
pedazo de regalo que se marcaron estas Navidades, ¡graciaaaaas!). Los cestos
son de Strauss, una tienda de decoración alemana que me encanta.
Sin embargo muchas veces necesitamos la superficie de la
camarera para trabajar en la cocina y como siempre la tenemos llena de botes y
de plantas no podíamos utilizarla. Así que pensamos en poner unas lejas y
despejar un poco la camarera. La idea la cogimos del blog in the Fun Lane y los materiales los
compramos en Ikea.
Como las escuadras estaban sin barnizar y no pegaban mucho
con el color de la madera de la camarera, les dimos un par de capas de barniz y
¡listo!
¡Qué fotaza esa del platico de jamón! Ñammmmmmmmmm
ResponderEliminar¡Ay sí! ¡Pero ya queda poquico! :(
EliminarTendremos que planear otro viaje para cargar mercancía, jeje
Que bien aprovechado está ese espacio. Si es que las casas son cada vez mas pequeñas!!
ResponderEliminarBesos,
Andrea